martes, 10 de marzo de 2009

¿Qué haces cuando hay una tormenta en tu camino?

(C) Oscar Blanco

Me parece que lo ideal es prepararse... pero no siempre me doy cuenta de las señales de la tormenta.
En Campeche, ciudad en la que vivo, estamos más o menos acostumbrad@s a los huracanes. Y en cada año, much@s estamos atent@s a los avisos y sugerencias que nos dan los medios de comunicación local y el departamento del gobierno dedicado a ello. Me parece que cada año mejora la información y la precaución de las personas, incluyéndome.
Creo que esto es parte del aprendizaje que cada ocasión nos aporta...
Algunas personas siguen aterrándose cuando se presentan avisos de huracán. Muchas personas son vulnerables a perder sus casas, propiedades y otros bienes... pero más aún sienten miedo a salir lastimadas físicamente o que un familiar resulte dañado.
Cuando se presentan estos fenómenos naturales, que no son controlables por el ser humano, lo más sabio es prepararse, cuidarse y tomar con calma la situación.
En muchas oficinas veo letreros de "Qué hacer en casos de... huracanes". El primer paso que aparece es "MANTENGA LA CALMA". ¡Vaya reto! Pero sí es posible.
¿Qué logramos perdiendo la calma, desesperándonos? La mente no puede pensar con claridad si hay turbulencias en la mente y en las emociones.
Así que lo primero es, lograr y mantener la calma. (Si ya sabes cómo, ¡FELICIDADES!, si no, creo que es buen tiempo para investigar un poco más sobre ese tema. He escrito algo sobre ello en otras entradas de mi blog. Puedes buscar las que se relacionen con tranquilidad. Acepto sugerencias y puedo compartir otras ideas si me escribes :) )
Suponiendo que estamos en calma, lo que sigues es buscar lo que nos ayude estar bien (física, mental, emocionalmente... etc.), dentro de las circunstancias poco favorables que se hayan presentado. Quejarse ayuda poco, y sí puede generar más malestar en uno mismo y en las personas que nos acompañan, de tal forma que se hace más difícil afrontar ese momento. Tampoco se trata de que uno no exprese lo que le hace sentir mal, es parte de dejar salir lo que nos hace daño. Pero eso es diferente a mantener la actitud negativa y pesimista.
Realmente lo que me ha ayudado en esos casos, es reconocer la situación, que es diferente a lo que yo deseo, que quizá está limitando mis acciones, comodidades o que implica esfuerzos diferentes. Por lo tanto, buscar lo que me haga estar lo mejor posible, apoyándo a mis seres queridos y otras personas que también lo necesiten... buscando acciones sencillas que nos ayuden a estar bien, y confiando en que pronto todo pasará y estaremos mejor.
En este tiempo habremos aprendido, habremos compartido experiencias que de otra manera no se hubieran presentado, quizá habremos disfrutado de conversaciones más largas que nos lleven a conocernos más, quizá saldremos más fortalecid@s... sabremos lo que queremos y lo que no queremos y estaremos más preparad@s.
Y después de la tormenta, viene la calma... :)
Otro tiempo para disfrutar del camino...

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