Lo que escribo, lo que pongo en este blog, es producto de mi mente y corazón. Y lo que hay en ambos, es el producto de tantos elementos, que simplemente puedo decir: estoy agradecida por todo lo que me ha permitido: ser quien hoy soy. Sé que tengo un largo camino de aprendizaje y mejoramiento por recorrer, y lo que hoy estoy sintiendo y pensando es prueba de ello.
Algo que ha estado presente durante tantos años en mi vida, que no recuerdo desde cuando, es querer entender el dolor y el sufrimiento humano, y cómo aliviarlo. A mí no me gusta sufrir, no me gusta el dolor. Y me duele el sufrimiento y el dolor ajeno. Mi padre hace muchos muchos años me dijo: "hija, no sufras calentura ajena". Pero no aprendí bien esa lección. Hace algunos años, una persona que yo amaba (hoy en el sentido de amor de hermanos) sufría mucho una cuestión que aparentaba ser familiar y económica, así que deseé de todo corazón que dejara de sufrir y si fuera necesario, yo sufriera en su lugar... ¡Así sucedió! Como por arte de magia, al día siguiente supe que comenzaban a solucionarse sus problemas, y los míos aparecieron como un huracán clase 5; y justamente ¡el mismo tipo de problemas! Bueno, hoy me parece que no aprendí totalmente la lección... pero espero aprenderla pronto.
Quiero compartir que en mi búsqueda de comprenderme, de entender a otras personas cercanas que me rodean (especialmente, para vivir en paz conmigo misma), desde que tengo uso de razón me he cuestionado muchos asuntos sobre la vida... no he dejado de cuestionar (y más desde que leí a Antony de Mello). En esa búsqueda llegué a creer que el origen de los conflictos era una guerra entre Dios y Satanás, por una cuestión universal, según enseñan los Testigos de Jehová (a quienes estoy agradecida por todo lo que me ayudaron y aprendí con ellos y de ellos; pero que hoy no formo parte de la Organización, ya que hace varios años decidí seguir mi búsqueda y seguir cuestionando, entendiendo...).
En la vida hay sucesos significativos que me hicieron cuestionarme, palabras que hoy todavía recuerdo (gracias papá, mamá, hermana, Margarita +, Maricela, Faustino, Elda, Luis, Román, Rosy, Ligia, Adriana, Laura, Faby, David, Claudia M., Miriam Riorda +, Luis M., Claudia A., Yamira, Lliteras, Ruby, Samantha, Rosmery, Huacho, Geny, José (yo sé que tú sí me lees amigo), Graciela, y hoy día Ime, Isabel, Manuel, Santiago, Yessi, ..., José Alberto (tú me haces cuestionarme mucho querido hijo) y Arturito (angelito que me ayudas a sentir más amor cada día hacia con todo y todos), ...que creo que necesitaría un blog solo para nombrar a tantas personas a quienes estoy agradecidas por haberme hecho cuestionarme...)
Agradezco especialmente a Liz, no sé si leerá estas palabras, pero ella estuvo presente hace unos meses, en ese momento tan difícil emocionalmente hablando, y sin ella saberlo, me ayudó porque "tuve que" prepararme para "ayudarla". En realidad me ayudó a mí, porque me hizo cuestionarme aún más. Finalmente, me ayudó a confirmar la parte de "centrarnos en principios" (Covey) y valores (Paz).
No se trata de juzgarme o juzgar a otros. Se trata de cuestionar lo que hoy he tomado como guía para este camino de vida que elegí.
Una frase que hoy busqué, pero no encontré, que leí hace quizá como 3 años, de Humberto Maturana, es que los seres humanos no tenemos la capacidad de conocer "La Realidad" completa. Es decir, nuestra biología nos "limita", para ver solo una parte de "La Realidad". Hay situaciones que aunque nos esforcemos mucho por comprender, no está en nuestra capacidad humana de captar en su totalidad. Anaís Nin decía que "sólo vemos lo que somos" (citada en Los 7 hábitos de la Gente Altamente Efectiva, de Stephen Covey). Con ello entiendo que nuestra percepción e interpretación está limitada por lo que nuestra mente (utilizada parcialmente) nos permite analizar o captar, en función de nuestros "filtros biológicos, mentales y emocionales".
Me gusta mucho la frase de Deepak Chopra: "A los ojos del amor, nadie está equivocado. Cada quien actúa conforme a su propio nivel de consciencia". (Podría hablar o escribir mucho sobre esta frase, es una de mis favoritas.)
Ese nivel de consciencia creo que es muy diferente entre unos y otros. La forma en que percibimos, interpretamos, sentimos, actuamos, es muy diferente (y a veces similiar, entre algunos grupos de personas; estoy por descubrir más cuando lea sobre las "neuronas espejo"). Por eso somos individuos. Pero al mismo tiempo, somos seres que nos parecemos en las necesidades y deseos (según Maslow, Chopra, S.S. el Dalai Lama, y tantos más), también en ciertas actitudes y comportamientos. Por eso es tan complicado comprendernos. Y más aún si no estamos pretendiendo hacerlo. Si no nos damos cuenta que estamos juzgando; me refiero a usando nuestros juicios, prejuicios, basados en nuestra experiencia, vivencias, conocimientos, creencias, etc... (como dice Maturana, o sea, usando nuestra limitada biología para entender.)
Aclaro que todo esto que escribo no es para nadie en particular. Es para mí en este momento. Es para reafirmar que mi búsqueda continúa. Que mi aprendizaje está en proceso... cuan larga sea esta vida... y las que sigan.
En este camino hoy, me vuelvo a cuestionar. Quienes creen en los beneficios de las crisis (como por ejemplo mi amigo Octavio), diría: "perfecto amiga, este es un momento excelente" :D
Ime también me lo ha manifestado así. Recordando el libro "El hombre en busca de sentido" de Víktor Frankl, pienso que el sufrimiento humano, tiene sentido, aunque a mí en particular, me encantaría que el aprendizaje no tuviera que venir nunca acompañado del dolor de ningún tipo. Pero lo que vivió y aprendió Frankl, tuvo sentido para él, y gracias a ello hoy existe la Logoterapia, que ha ayudado a muchas personas a encontrar su propio sentido de la vida...
Hoy mi sufrimiento no era propiamente mío. Hoy vino por el amor que siento hacia dos seres muy especiales para mí. Ambos sufren por causas muy diferentes, pero me duele su dolor. Lo que más deseo es que se recuperen pronto y que realmente sigan sus caminos de la mejor manera posible para su felicidad.
Yo reafirmo mi compromiso por la paz, aquella que hoy Rosy me recordó: "mantén tu paz interior".
Estos momentos en el camino son para reflexión; para recordarme: todo lo que pasa, pasará. (Ya había escrito en este blog una entrada que tenía un título parecido.)
-Echa tu "ancla al mar" en tiempos de tempestad. (Viene a mi mente; es una adaptación de lo que alguna vez leí en "La Atalaya" de los T. de J.)
-"Ya disfrutaste el caminito bello que captó tu atención. Quizá sea tiempo de retomar el camino que te lleva a la montaña que deseas alcanzar." (Metáfora personal que le conté a Liz) (Pensándolo bien, quizá por eso me ocurrió lo del 19 de agosto...)
-"Quizá es tiempo de aterrizar, amiga." (me dijo hace 3 año mi amigo Alberto C.)
Conozco y utilizo hoy mi ancla. Desde aquí puedo ver a lo lejos mi montaña, estoy segura de que llegaré a ella... Ahora estoy intentando concluir mi aterrizaje (mantenerme consciente, seguir usando y desarrollando mi mente-corazón, seguir usando mi brújula interior y mi ancla, etc...)
Que la paz siga en mí, que llegue a tí (si es que lees estas líneas, y aún si no las lees) y llegue a toda la humanidad...
Papá, que no sufras, que se alivien todas las causas de tu sufrimiento, que tengas salud y todo lo que sea para tu bienestar.
Con amor, Blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario