
He puesto mi mejor empeño, pero creo que por momentos definitivamente lo pude haber hecho mejor.
Lo que me sorprende es la cantidad de retroalimentación que he recibido últimamente, jeje.
Todas con buenas intenciones, así lo creo. Lo curioso ha sido otra vez el aprendizaje a partir de ello. Mi mente otra vez no ha dejado de pensar, buscar respuestas, buscar cómo adecuar o aplicar las sugerencias, "cómos y más cómos".
El otro día me di cuenta cómo es que cuando últimamente quiero explicar algunos asuntos, se me "lengua la traba", porque trato de hablar de algo emocional, usando explicaciones racionales, y no cuadra, jajaja.
Ahora que puse mi "corazón" a "escuchar", a estar más pendiente de cómo muestro mi cariño, mi amor, lo que realmente siento, me doy cuenta que lo racional no me ayuda mucho. Y me doy cuenta que escuchar más, observar más, el abrazar más, ¡¡¡aceptar, no juzgar!!! ni justificar o dar explicaciones..., para mí, es mejor. Menos desgaste y más armonía (que eso es lo que busco, creo que es mi naturaleza).
Mi cuerpo físico está más cansado, no solo por que ahora tengo más actividad, sino porque he pretendido incluso ¡hacer más! ¡que locura! He ido un poco contra mi propia corriente. Lo cual no ha sido sano.
Estoy muy contenta por los sabios consejos de mi padre, así como sus manifestaciones de amor. También por el gran apoyo de mi hermana, el cariño que mi madre siempre me muestra, así como su interés en mis hijos, mi casa, todo lo que tenga que ver conmigo. Así también gente que me aprecia, y hasta la que cree que no le agrado (jejeje, así me pareció hace poco) han estado contribuyendo a mi bienestar, con sus observaciones y sugerencias de mejora.
De verdad les agradezco, han sido muchos aprendizajes y mucho cariño recibido en tan poco tiempo.
Me toca bajar un poco mi ritmo, ir a paso más lento, simbólica y literalmente hablando. Ya no quiero correr tanto, quiero camina y disfrutar el camino.
Y también aplicar lo que tanto me lo han sugerido: usar más el corazón y menos la mente (descansar mi mente, dejar de racionalizar todo).
He tenido el ejemplo de dos personas que me indican que cuando decimos que amamos, pero el tono de nuestras palabras no lo demuestran, no se cree. Y cuando hablamos de espiritualidad, pero somos personas "frías" o "duras", tampoco se cree... A mi gusto, por el momento, es mejor ni decirlo, más bien, vivirlo, y disfrutar de esos beneficios (ahora creo que todos somos seres espirituales...)
Creo que vivo en un tiempo muy importante para la humanidad, para nuestro planeta. Creo que es tiempo para actuar, tanto para el bienestar real de uno, como en la aportación que podemos hacer, también de manera real, en pequeña o gran escala... Creo que la vida es más de lo que a veces pensamos que es...
Lo que estoy buscando, mi propósito para este año (y vida) es ser sana, en todos sentidos. Ser completa, íntegra, amorosa, genuina, honesta, responsable, (seguir siendo) libre y todo lo que se derive deello.
Tengo toda esta vida. Quiero cumplir con mi misión. Quiero tener la capacidad de darme cuenta (tener consciencia) de lo correcto y hacerlo. Tener el valor de cambiar lo que sea para mi bienestar, en equilibrio con el de los demás, y la aceptación para lo que no me corresponde cambiar, dejar que la vida fluya y yo en ella.
Seguiré buscando la guía espiritual, usando mi intuición, aprendiendo, amando, desarrollando mi valor para compartir lo mejor de mi y puliendo aquello que son mis retos en esta vida.
Comparto contigo esto, con sinceridad y amor
Desde mi corazón, un abrazo para ti.
Namasté
No hay comentarios:
Publicar un comentario